LOS VALORES MAS IMPORTANTES SE ESTAN PERDIENDO

Una vez más, asistimos a un cambio de Gobierno y a un cambio en el marco educativo de nuestro país; una vez más, la política se antepone a la ciencia e, incluso, a la razón; una vez más, se utiliza a nuestros niños y jóvenes como “bandera” para la obtención de votos. Me parece auténticamente lamentable por parte de unos y de otros.

Todos los días escuchamos en diferentes tertulias radiofónicas y, de vez en cuando, en alguna televisión opiniones para todos los gustos acerca de la educación y de las “bondades” o “maldades” de un marco legislativo u otro, opiniones, la mayor parte de las veces, expresadas por personas que se muestran “de acuerdo” con uno u otro de los dos grandes partidos políticos, y muy pocas veces por un profesional neutral.

Generalmente, se mezclan en el debate asuntos de muy diversa consideración, mezclando los temas ideológicos y de valores con los temas puramente técnicos y científicos y haciendo de la mezcla un “totum revolutum” del que no se puede obtener ninguna idea concreta, ni clarificadora respecto al problema que nos ocupa.

Por eso desde Los miembros del Proyecto de Centro, Fuerza Política en la que pretendemos que prime la “sensatez” y en el que demandamos, para resolver los temas que afectan a los ciudadanos, la mayor objetividad y profesionalidad posible, despojándolos de matices partidistas y electoralistas, quiero expresar nuestra postura en materia educativa, en estos momentos de cambio y de incertidumbre.

La educación de un niño/a o de un joven se compone de muchas facetas que componen su entorno circundante (familia, colegio, amigos, medios de comunicación, etc.); ese entorno, en su conjunto, y el tipo de interacción que tenga éste con aquel, va a formar al futuro ser humano. Y una de las partes que forman ese entorno en el medio escolar.

En la escuela se imparten conocimientos objetivos a niños/as en función de su edad y su nivel de desarrollo psicofísico. Tanto estos conocimientos como el desarrollo del niño/a son aspectos objetivos, en los que hemos de tener en cuenta las teorías del desarrollo, del aprendizaje, de la motivación, del procesamiento mental y todo aquello que, desde una base científica, nos ayude a comprender y a hacer más efectiva la relación entre enseñanza y aprendizaje, adaptado, por supuesto, a las características peculiares de cada alumno, a su individualidad.

Este hecho nos ha de dar las pautas más adecuadas para diseñar un currículo a la medida de cada nivel, adaptándolo a los requerimientos de nuestra sociedad y, sobre todo, de la sociedad futura. Por lo tanto, la calidad vendrá determinada por el mayor acierto en el manejo de estas dos realidades, desde una óptica científica. Y ahí hemos de enmarcar el debate sobre la repetición de curso, sobre el examen de reválida y cualquier otro debate que pretenda ser objetivo en el modo de planificar la enseñanza.

Por ello entendemos que los planes de estudios y los aspectos técnicos de la Educación no deberían cambiar con el cambio de Gobierno, ya que ello desconcierta a los ciudadanos y perjudica gravemente a los usuarios, en este caso a los niños y a los jóvenes. ¿Se imaginan ustedes que cada vez que haya un cambio de Gobierno se modificaran en los hospitales las especialidades médicas o las formas de tratamiento? ¿Que cada gobierno modificara o exigiera un cambio en los estudios o en la formación de los alumnos? Por eso desde Proyecto de Centro somos partidarios que la Educación como la Sanidad debe de estar tutelados por el Gobierno Central, y no por los gobiernos autonómicos.

Otra cosa bien distinta son los valores, valores que existen en la escuela como en cualquier ámbito de la vida y que son necesarios para la formación de un ser humano, siempre que no formen parte de las “creencias” (lo mismo me da que sean religiosas que partidistas), sino que se trate de valores universales, aceptados por todos, como la Libertad, la Justicia, la Igualdad, la Solidaridad, el Respeto a los demás, etc. Estos valores, si son universales, tampoco tendrían que cambiar aunque cambiara el Gobierno, pues deben ser defendidos por todos.

Málaga 16 de Abril del 2012

Antonio Hurtado Moya