DA MIEDO SALIR A LA CALLE


Por indicación del médico, tengo que salir a la calle y andar despacito pero más o menos una hora, quieras o no siempre te encuentras a algún conocido y se charla de ¿Cómo te va? Te encuentro muy bien, o tocamos algún tema del día, quieras o no de política siempre se habla. Un día que no me sentía con ánimos para  andar, mirando por la ventana de mi habitación, vi como una pareja discutía y después de una discusión muy violenta, llegaron los municipales y se termino la discusión, pero lo que me dio pena es que una niña con unos cinco años estaba sentada en una de las banquetas de la calle, que los miraba y no hacía nada más que llorar, cuando los municipales calmaron los ánimos el joven se marcho para la derecha, no sin antes darle un besó a la niña, y la joven se marcho a la izquierda cogiendo en brazos a la criatura que miraba por donde se había ido el joven que se supone que sería el padre.


 Ustedes se reirán, pero no pude evitar el que se me cayeran unas lágrimas, ¿Qué pena? Se me vino al pensamiento cuando yo estaba en activo y mi laboro estaba fuera de Málaga, venia todas las semanas llegaba el viernes y el domingo me tenía que ir, no podéis imaginaros lo que me costaba dejar a mis hijos, les daba un beso y me marchaba, pero los cinco primeros kilómetros los pasaba llorando, no podéis imaginaros lo que sufría al tener que dejar mis hijos a pesar de saber que a los cincos días después los volvería a ver. Por eso me cuesta tanto creer que hoy jueguen con los hijos tan alegremente, separándolos de sus padres o de sus madres por confundir la libertad con el libertinaje.


Otro día, de los que salgo de paseo, me senté en un banco, a descansar, y a continuación se sentó un señor, y me callo muy bien, precisamente porque en esos momentos pasaba una pareja joven y una niña pequeña de unos tres años, los miro y vi que se emocionaba y con palabras entrecortadas me dijo: ¿usted tiene hijos? Yo le conteste, si tres, pero ya son mayores, ¿usted no tiene? Sí, tengo también tres, pero como si no los tuviera, ¿no se lleva bien con ellos?, no no es eso, he sido militar y por mi trabajo he viajado mucho, y no pude disfrutar de su juventud, cuando venía de permiso, siempre teníamos discusiones con la madre, como usted bien sabe las mujeres, si le das quince quieren veinte, todo le parecía poco y me marchaba de nuevo y dejaba a mis hijos llorando, ahora que me he licenciado, y estoy en casa, me tengo que ir a la calle, porque parece que estorbo, a mi señora todo le molesta nada de lo que hago le parece bien, cuando mis hijos llaman cojo el teléfono y pregunta por la madre, a mi ni siquiera me preguntan cómo me encuentro, y cuando vienen a casa, charlan con la madre y a mí me dejan al lado como un mueble viejo; entiendo que han tenido más roce con la madre que con migo, pero, yo soy su padre, y toda la vida he estado luchando para que no les falte de nada: Yo como soy tan tonto, se me encogió el corazón y falto poco que me pusiera a llorar con él, menos mal que llego un amigo suyo y al saludarlo cambio de conversación y se marcharon los dos.


Pero la verdad que este mudo es muy cruel, mi suegro decía: “Vales según lo que tengas” hijos que no les ha faltado de nada, olvidan enseguida lo que un padre ha hecho por ellos, sin embargo hay hijos, mal tratados y que han carecido de todo y se ven que tratan con respeto y cariño a sus padres. Este mundo no hay quien lo entienda.


 Otro de los días que me dio por andar y no me senté, en ningún banco para que no me cuenten mas historias, estaba en la plaza de la merced, donde han puesto la figura de Picasso  en bronce, sentado en uno de los bancos, y veo una señora sentada al lado de la figura, que le estaba hablando, cuando ella vio que yo la miraba, me dice la pobre mujer, ¿usted dirá que estoy loca? Yo le dije: no señora, porque voy a pensar eso, yo también hablo con él y con otras personas que anqué no las veamos sabemos que están.


 La señora se me puso a llorar, lo que a mí me faltaba, y me dijo, tengo dos hijos, me he quedado viuda hace tres años, y me tengo que ir de la casa, porque solo me quieren para sacarme dinero de la pequeña pensión que tengo, algunos días duermo en la calle, pues me da miedo volver a casa y encontrármelos borrachos o drogados, así que me siento aquí y él no me contesta pero por lo menos me escucha. Claro señora hace usted bien, y no se preocupe lo que puedan pensar los demás, gracias señora pero tengo irme, que le vaya bien y siento mucho lo de sus hijos.

 Las conclusiones que he sacado de estas anécdotas, es que el mundo está deshumanizado, nadie se preocupa de nadie, somos tan egoístas que solo pensamos en nosotros, y no pensamos que cualquier día nos puede pasar, lo mismo, las personas están necesitadas de tener con quien hablar, y que les escuchen, estamos cada vez más solos a pesar de tanto adelanto y tantos avances, a pesar de tantos políticos y tantas oficinas de Asistentica social, nadie ayuda a nadie y nadie escucha a nadie.


A mi quien me conoce, me dicen que no me encuentro bien, cuando me ven llorar y es que me da tanta pena cuando veo tanta desgracia en el mundo y tantas personas solas y desatendidas,  hay que ser, como Picasso de “Bronce” para no sentir pena por esas familias de mas cinco millones de parados, solos y sin quien les ayude. Por eso creo que tenemos que ser objetivo cuando votamos a los partidos, no son los partidos, ni las ideologías las que gobiernan, son las personas, y los ciudadanos podemos hacer que las cosas cambien si no van bien.
Málaga 01 de abril del 2015

Antonio Hurtado Moya