Hoy el pueblo español,
puede verificar quien ha sido fiel a sus compromisos y quien, por
el contrario, hace programas para no
cumplirlos. Este planteamiento ha supuesto para Cs y está
suponiendo, muchas horas de trabajo y de lucha para que los resultados después
de las electorales de 2015, constituyan un triunfo y se multiplique los
afiliados y sin patizantes al proyecto político de Cs.
Nace de ello una situación nueva o simplemente
distinta, que nos permita dar por concluida una etapa difícil y dura, sin más
recursos que el impulso ideológico de nuestro proyecto político, apoyado en
nuestra profunda vocación democrática, nuestra ilusión y confianza depositada
en los ciudadanos que esperan como lluvia caída del cielo un Partido de Centro,
con fuerzas y deseos de Justicia y Libertad.
Son muchos los ciudadanos que nos perciben como la
alternativa política al gobierno del PP y a las fuerzas política de
izquierdas. Esperan que Cs, pueda alzarse con un triunfo electoral,
porque esperan que nuestros planteamientos diferenciado, y sin abdicaciones se puedan
afrontar, con mayor responsabilidad y eficacia, los problemas que a todos, nos
afectan. Hemos de estar a la altura de esta circunstancia.
En Andalucia y en España entera, es necesario revitalizar
nuestra democracia, Es preciso conseguir un nivel más alto de eficacia, en los
grandes servicios del Estado. Es imprescindible articular un protagonismo más
intenso de la sociedad civil y a tal fin una más fácil permeabilidad
democrática en nuestras instituciones.
Es este nuestro reto, el reto que nos lanza la situación política de España.
Por eso, Cs
como alternativa política debe ser, sobre todo, una alternativa de y para la sociedad. La sociedad demanda una
renovación de la vida española que debemos asumir como objetivo propio. Cs ha
de prepararse para dar un salto cualitativo en organización, afiliación,
aceptación popular, tanto en las Instituciones como en la sociedad.
Esto implica para nuestro Partido un esfuerzo de
imaginación y de generosidad. Hemos de demostrar, que no hemos nacido a la vida
publica con vocación de bisagra, si no de opción de Gobierno. Tenemos que
demostrar a los ciudadanos nuestra capacidad para afrontar el futuro y para
integrar en nuestro proyecto a los demás y a los mejores. Solo así alcanzaremos
el respaldo de una mayoría.
Es el pueblo con sus votos quien decide. En democracia
no hay, hegemonías eternas, por mucho que los voceros del poder se encarguen de trazar un panorama sin
alternativa que para nadie puede ser halagüeño.
La importancia de nuestro proyecto radica en hacer
visible que funciona en nuestra democracia la reversibilidad del poder; en
hacer visible una vez más, que el pueblo con su participación como afiliada o
como simpatizante puede cambiar al equipo gobernante y poner término a
cualquier propósito de dominio permanente. De políticas caduca y sin un futuro
claro.
Málaga 13 de noviembre del 2015
Antonio Hurtado Moya