La verdad, señorías, es que, al margen de la ideología de
cada cual, después de escuchar los disparates que hemos escuchado hoy aquí, a
uno no le extraña que el 51% de los catalanes se abstuvieran en el referéndum
del Estatuto, y que el 5% votara en blanco.
A base de intervenciones como las que se ha escuchado hoy en
esta sala, están Uds. logrando lo que no consiguió el general Franco a lo largo
de sus 40 años de dictadura: la desafección de los catalanes de la vida
política. Unos catalanes que acabarán siendo independientes, sí, pero de la
política. Están Uds. alumbrando, en expresión de Josep María Colomer, un nuevo
tipo de ciudadano cada vez más alejado, mentalmente, vitalmente,
sociológicamente, anímicamente, de la política y de la res pública. Un catalán
secesionado de la política.
Después de 30 años de gobierno nacionalista o con
participación nacionalista en Cataluña, puede decirse que el nacionalismo
catalán en su conjunto, como proyecto de sociedad, ha fracasado. Y han
fracasado porque treinta años después, han conducido, entre unos y otros, a
Cataluña a un callejón sin salida de enfrentamiento, de división y de ruptura.
Entre unos y otros, han conducido a Cataluña hacia una de las crisis más graves
de su Historia, en términos políticos, institucionales, económicos, y muy
probablemente también, en términos sociales. Y como única respuesta, han
buscado Uds. un enemigo exterior, un chivo expiatorio: la culpa es de España.
Crean la crisis, y después pretenden taparla creando una crisis todavía mayor.
Pero vayamos por partes.
1.- Piden Uds. en primer lugar, algo insólito, que deroguemos
los Decreto de Nueva Planta. Oiga: yo creo que los ciudadanos merecen un mínimo
de rigor y un máximo de respeto. No se
puede derogar lo que no está en vigor. Yo soy diputado por Segovia. Su
iniciativa es como si yo trajera a esta Cámara la derogación del Fuero de
Sepúlveda ¿Y por qué no proponen también que estas Cortes se dediquen a
derogar, no sé, pongo por caso, el Código de Justiniano, la Novísima Recopilación,
las Pandectas, Las Partidas o cualquier cuerpo legislativo histórico de España?
Su propuesta no es sólo extemporánea, porque llegan Uds con 300 años de
retraso, sino también excéntrica. No conozco a nadie, salvo Uds., que mantenga
que los Decretos de Nueva Planta estén en vigor….Es insólito. Es ridículo y es
una tomadura de pelo a la Cámara.
2.- Hablan Uds. en su PNL de una supuesta soberanía de
Cataluña suprimida por Felipe V. Y yo, antes de entrar en materia, me pregunto:
¿Les parece normal, con la que está cayendo, que esta Cámara se dedique a
hablar de Felipe V o de Carlos II el Hechizado y de sus disposiciones
testamentarias? Pobre Cataluña, si tuviera que debatirse únicamente entre la
fatiga de unos y el hechizo de otros…
Sean honestos: no mientan a la gente: Cataluña no fue nunca
soberana. Han construido Uds. un relato falso. Han engañado Uds. a los
catalanes.
Cataluña jamás existió como nación –un concepto aún no
vigente- ni como Estado. En 1700 Cataluña era un Principado, sí, un territorio
con instituciones propias, sí, pero integrado en la Corona de Aragón y en
consecuencia en España. Pero ni era un Estado soberano ni era una nación. Las
Cortes eran estamentales y como tales no representaban soberanía nacional o
popular alguna –estamos antes de la revolución francesa- sin a los tres
estados: el clero, la nobleza y tercer estado. Tampoco existía una opinión
pública catalana, porque la opinión pública como tal no surge sino hasta
finales del XVIII, como todo el mundo sabe.
La Nueva Planta fue, en opinión de Vicens Vives –nada
sospechoso de anticatalanismo- “un desescombro que obligó a los catalanes a
mirar hacia el porvenir”; algo que comparte Ferrán Soldevilla cuando dice que
dieron lugar al resurgimiento económico de Cataluña; por cierto que ya Mercader
y Voltes pusieron de relieve la catalanidad de los gestores de la Nueva Planta.
No voy a entrar en mayor debate. Cito sólo a cuatro historiadores catalanes de
indudable prestigio. Le recomiendo su lectura. Léalos, y sabrá, entre otras
cosas, que aquella no fue una guerra de secesión sino de sucesión. Léalos y
sabrá que el mayor valedor del archiduque de Austria frente al borbón fue el
almirante de Castilla.
Léalos y sabrá que la realidad fue mucho más compleja de
lo Ud la dibuja. Léalos y sabrá que el austracismo catalán no fue inmediato;
hasta el punto que, con motivo de la boda de Felipe V en Barcelona, se produjo
una eclosión de panegíricos catalanes como los de Joan Bac o Raimundo Costa.
Nadie cuestionó la legitimidad de Felipe V en Cataluña hasta que en 1703 emerge
la alianza internacional anifrancesa y pro austriaca. Los actores españoles no
fueron más que actores sucursalizados de las grandes alianzas internacionales.
Hacen Uds. también la afirmación de que Felipe V incorpora
Cataluña a Castilla mediante el derecho de conquista. Primero, no la incorpora
a Castilla. Segundo, saben perfectamente
que Barcelona fue inicialmente leal a Felipe V y que fue asediada por una
escuadra internacional anglo portuguesa dos veces: en 1704 y el 1705, por
cierto esta última vez lanzando nada menos que 6000 bombas sobre la ciudad, que
cayó finalmente en manos austracistas. Derecho de conquista.
Repito: fue una guerra de sucesión, no de secesión. Y lo que
había en Cataluña no era un sentimiento antiespañol, sino antifrancés. Ya lo
dijo D. Rafael de Casanovas: “Por nosotros y por la nación española peleamos”.
Lo que querían los catalanes era movilizar a toda España
contra el candidato francés, es decir, liderar España, el mismo propósito de
Cambó, algo a lo que Uds., los nacionalistas, han renunciado. Y han renunciado porque
al nacionalismo siempre le falta ambición de país, y porque el nacionalismo
consiste en querer tener cada vez más poder en un lugar cada vez menos
poderoso: en otras palabras, mandar cada vez más sobre cada vez menos. Y esa
falta de ambición y de proyección, ese no
incorporarse al liderazgo del proyecto español, es lo que les lleva, a
Uds y a Cataluña, al colapso.
Y fue un catalán, D. Ramón Lázaro Dou, un ilustrado catalán
precursor de la Renaixenxa y diputado en Cádiz, quien glosó los Decretos de
Nueva Planta por haber acabado con las jurisdicciones patrimoniales y la única
instancia en las condenas de muerte y por la prohibición de las multitudes
armadas para perseguir a los delincuentes. No seré yo quien defienda a Felipe
V, pero sí se digo que la historia es mucho más compleja que el mito, señor
Bosch. Y es más compleja también que la mentira. Y claro, cuando uno parte de
premisas falsas llega a conclusiones erróneas. No es una historia infantil de
buenos y malos. Es una historia de hombres, con luces y con sombras.
3.- Hablan Uds. del derecho de autodeterminación. Cataluña
nunca fue soberana. Tampoco ahora lo es. No es sujeto de derecho internacional.
No es sujeto constituyente. No tiene poder constituyente. Hablar de
autodeterminación en España es hablar de ruptura. De ruptura constitucional y
de ruptura de la convivencia. Y no tenga ninguna duda de que el modelo
constitucional tiene mecanismos para garantizar la convivencia, la paz, y la
unidad. Y que el Estado garantizará la vigencia del artículo 2 de nuestra
Constitución, que se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española.
Yo les pediría que dejaran de jugar de una vez con el futuro de Cataluña. Con el pasado, con el presente, con el porvenir de los catalanes. No tienen Uds ningún derecho, ninguno, a crearle a la gente más problemas de los que ya tiene. No tienen Uds ningún derecho, ninguno, a meter a los catalanes en la tempestad de la secesión. No tienen Uds ningún derecho, ninguno, a jugar con la convivencia en Cataluña. Ya en el tripartito se les hundió el Carmel. No hundan ahora Cataluña entera.
4.- Luego plantean Uds. con el manido asunto del expolio de
Cataluña. Como la manipulación de la lengua no les ha servido como instrumento
de ruptura y ha chocado con no pocos estratos de población, han acudido
entonces a la manipulación de la economía, que sí llega a todos los estratos,
como instrumento de ruptura. Otra salida en falso, otra huida hacia ninguna
parte, otra manipulación. En primer lugar, no tributan los territorios,
tributan las personas. En segundo lugar, con la misma justificación podrían
hablar los madrileños de expolio porque, si se trata de territorios, estamos
por delante Uds. En tercer lugar, por idéntica razón los habitantes de Girona
podrían sentirse expoliados por los demás catalanes, porque le recuerdo que
Girona es la provincia de más renta per cápita de Cataluña.
En cuarto lugar,
desgraciadamente, no todo el dinero recaudado en Cataluña redunda en beneficio
de los catalanes: ya; ya se ocupan algunos cuando están en el poder de que eso
no ocurra: caso Millet, Santa Coloma, Prenafeta, ITV, el contrabando de tabaco
del conseller de ERC, las cartas de extorsión a los trabajadores de la
Generalitat pidiéndoles un porcentaje de su salario para ERC –por cierto que el
Sr. Vendrell fue luego ascendido a Consejero- los sueldos exorbitantes de los
Presidentes de las Diputaciones que Uds, controlaban –Lleida y Girona- las
colocaciones de ex políticosen empresas del sectoru público catalán, los gastos
desorbitantes para tunear vehículos oficiales …todo muy ejemplar:
Si Rafael Casanovas levantara la cabeza…y viera lo que hacen
Uds en nombre de Cataluña…y viera cómo han dilapidado Uds. aquél enorme
patrimonio de la Transición que era el antiguo liderazgo catalán de una nación de 40 millones
de habitantes, con sus mercados, con sus relaciones internacionales, cuarta
economía de la zona euro, …
Si levantara la cabeza y se preguntara: ¿El expolio? Con toda
probabilidad les contestaría: El expolio de Cataluña son Uds.
Uds. incrementan la deuda en un 200% y ante la deuda piden
Uds la independencia. Independencia, ¿para qué? ¿para endeudar todavía más a
los catalanes?¿Para aislarles del mundo? ¿Independencia para ser una especie de
rara avis entre los no alineados? ¿Independencia para arruinar a los catalanes?
¿Han calculado Uds., antes de jugar con este fuego, cuántas empresas saldrían
de Cataluña? ¿Cuántas multinacionales europeas sacarían sus plantas de allá?
¿Cuántas grandes empresas catalanas deslocalizarían sus activos, sus sedes, de
un territorio aislado del mundo? ¿Han calculado Uds. el coste que esto tendría
en la mediana y pequeña empresa de Cataluña, muchas veces auxiliares de las
anteriores? ¿Han calculado el ingente paro que generaría la independencia?
Hagan números, y después pídanle a la gente que sacrifique su hacienda, su
trabajo, su bienestar, el futuro de sus hijos, en el altar de un delirio
secesionista.
Si Cataluña se independiza, ¿con qué dinero van a pagar las
pensiones? ¿Con que dinero van a pagar el desempleo de los catalanes? ¿en qué
mercados van a vender sus productos y con qué aranceles? ¿Cómo van a pagar su
deuda?
Digan a la gente el verdadero coste de la independencia: un
descalabro en términos de generación de riqueza y de pib per cápita que les
situaría por debajo de cualquier territorio o comunidad de España.
Digan la verdad a la gente antes de jugar con el futuro de los catalanes. Con su hoja de ruta llevarán a los catalanes a la bancarrota y provocarán el derrumbe del estado de bienestar. Ni Montenegro ni Islandia: Chipre, Grecia o Padania. Sigan Uds. así, que las agencias de calificación ya han tomado buena nota y han bajado su bono al nivel de bono basura…
Y hagan Uds. cuentas también en el ámbito de la democracia y de la política, porque la Constitución española se reafirmó como Constitución catalana con el respaldo del 90,3% de los catalanes. Algo muy difícilmente superable, en términos de legitimidad democrática, se pongan Uds. como se pongan y saquen a la calle al número de personas que quieran sacar a la calle.
Muchas gracias