DAVID Y GOLIATH

Querido amigo Iñigo, lo as bordado, mas claro es imposible, por eso con tu permiso lo publico en mi Blog, para mis amigos, espero que se quiten la mascara, que los mantienen dormidos, despierten y luchen por la libertad y la democracia que se nos a robado.

Mirando con perspectiva esta obra de Tiziano y traduciéndola al actual panorama político gallego y, por extensión, nacional, se me antoja una interpretación que no es malo compartir. Nos encontramos en la obra a un gigante Goliath derrotado tras, como todo el mundo sabe, una certera pedrada en el cráneo lanzada por un joven David, pastor israelí, en pleno Antiguo Testamento, con su honda centrífuga. En la obra Goliath yace y David mira al cielo dando gracias a Dios. Y qué tiene que ver esta obra o el testimonio del antiguo libro cristiano con lo que sucede en Galicia o en el resto de España.

España cuenta con unos “Goliaths” filibusteros como el original en todos sus extremos. Egocéntricos, transgresores, invasores de cualquier espacio cobrable, insaciables, ebrios de poder, ajenos a la realidad social que confunden con la suya y repelentes al contacto con el ser humano de la calle. Son nuestros problemáticos partidos políticos y sus obedientes ejércitos de estómagos agradecidos, los políticos profesionales. Una casta distinta y distante que no está dispuesta a cambiar un ápice, ni de privarse de privilegio alguno a costa de lo que sea. Estos “Goliaths” viven sin recato como verdaderos nuevos ricos (con el dinero de los demás). Su grado de confort vital ha sido de tal calibre que muchos jóvenes han encontrado en la política su medio de vida. De pegar carteles y hacer la pelota han ido copando grados y grados de responsabilidad a lo largo de los años, pero sin preparación técnica, sentimiento de servicio público o experiencia empresarial alguna. Han creado un ejército filibustero de políticos profesionales.

En el bando opuesto está la sociedad. La gente de verdad de toda clase, preparación y condición que, harta del constante atropello al que la casta política nos somete, ha decidido organizarse, constituir una plataforma y luchar por su situación y el futuro de las generaciones. Pero a la casta política le disgusta que alguien les conteste y amenazan y tratan de amedrentar a cualquiera que lo intente. Ante esa situación la casta política gana y la sociedad civil pierde. Y pasan los años y vamos a peor, casi de forma irreversible. Casi hemos perdido las esperanzas.

Pero repentinamente aparece un David (Mario Conde en nuestro caso). Se pone al frente de una parte de la sociedad que no ha abandonado y que desea seguir luchando por la razón y la verdadera Democracia. Un grupo muy numeroso que está cansado de los atropellos a los que les someten. Y con David, el conjunto se da cuenta de que tiene el líder que necesita para tratar de convencer a todos los gallegos y por extensión a todos los españoles para que nos guíe hacia una reforma profunda. Aunque no olvidemos que Goliath es muy poderoso. Seguro que más que el del Antiguo Testamento. Tiene infinidad de resortes (policía, hacienda, jueces, medios de comunicación) perfectamente dominados para silenciar a cualquier David que pretenda aspirar a nada.

A diferencia de la pareja histórica, nuestro David puede convertirse en un pastor extraordinariamente convincente. Todo pasa porque la sociedad comprenda que necesitamos un cambio definitivo y radical y que Mario Conde cuenta con todos los mimbres y el equipo necesario para poder llevar a cabo la metamorfosis. Pero necesitamos que los gallegos y luego el resto de los españoles nos movilicemos y sostengamos la iniciativa política de Sociedad Civil y Democracia. Es inaplazable y tenemos capacidad para poderlo hacer.

¿Podrá David vencer a Goliath de nuevo? Ya no depende de una persona, sino que podremos en la medida en que lo abordemos en conjunto.

Iñigo Gómez Bilbao