LOS HIJOS DE LOS ANDALUCES NO MERECEN PASAR HAMBRE

No suelo leer los posts, cuando son tan extensos. En este lugar donde se nos permite expresarnos, a veces, me siento transportado a una estancia cálida, con una chimenea encendida y siento que somos un grupo de personas, compartiendo, escuchando, aprendiendo.


Hoy, cuando me sentí transportado a ese maravilloso rincón. Confío que sean muchos los andaluces los que le apetezca quedarse por aquí. Mientras tanto, queridos amigos, hay que sentirse vivos. Tenemos mucho que ofrecer. Muchas personas necesitamos dar sentido a nuestra vida ¿somos un espíritu teniendo una vida física? ¿O somos un cuerpo físico teniendo una experiencia espiritual? Creo que a veces da miedo mirar en el alma de cada uno, creo que todo es aceptar, aceptar los sentimientos gratos y no gratos, trabajar el interior es una aventura infinita que puede ser maravillosa cuando uno se sale de sí mismo, no cae en el egocentrismo, todos nos necesitamos para crecer.


Las tribus recolectoras y cazadoras, si atendemos a las que hemos podido conocer, llevaban una existencia mejor que los pueblos agricultores y ganaderos. No tenía por qué ser romántica, simplemente mejor. Hace unas cuantas décadas se pensaba que el Neolítico fue un gran descubrimiento, y que todos se apuntaron a ser agricultores y ganaderos tan pronto como descubrieron esos grandes inventos. Parece ser que no fue así, porque la extensión del Neolítico dista mucho de ser fulgurante, y porque hemos podido conocer tribus -los bosquimanos, por ejemplo- que no cultivaban porque no les daba la real gana de cambiar de modo de vida.

Hoy se tiende a pensar que la aparición del Neolítico pudo tener relación con dificultades climáticas o de superpoblación humana, que habrían hecho imposible seguir subsistiendo de la caza y la recolección en determinados lugares, y que su extensión por el planeta se debió principalmente a la necesidad de nuevas tierras de los agricultores, debido al agotamiento de las ya cultivadas durante varios años, combinado esto con la superioridad que tenían frente a las tribus paleolíticas, por su mayor concentración poblacional y elementos organizativos como los ejércitos profesionales y mejor armados.


Los Andaluces, estamos bloqueados, por decirlo de alguna forma, estamos bloqueados en nuestra cultura, desde luego que no tiene nada de paleolítica, y sí del carácter antiecológico estamos permitiendo la destrucción de nuestros campos, estamos permitiendo la exterminación de nuestros barcos de pesca, estamos permitiendo la extinción de nuestras costumbres, de nuestras creencias y estamos permitiendo que nuestra juventud se corrompa y se destruya, moralmente y emocionalmente.

No olvidemos, la parte de culpa que tenemos, en la destrucción de las medianas empresa y el aumento del paro. Pero nadie se pregunta ¿por qué? La falta de expansión, es la consecuencia con su propio agotamiento. Expansión que ya no nos está permitida, y nuestra situación y se vuelve contra nuestra cultura. En círculos de entendidos e Intelectuales, buscan una justificación ante el fracaso económico en Andalucía, “el pueblo se siente de izquierdas”. Dicen. Y yo me pregunto; ¿es la izquierda la que nos da comida para nuestros hijos? ¿Es la izquierda la que apoya a las empresas dando facilidades para la creación de trabajo? ¿Es la izquierda la que sale en defensa de las familias que le son embargadas las viviendas y las obligan a vivir en la calle, pasando hambre y frio, con niños de dos y tres años?


Encuentro una postura con tan poca lógica como ésta: “somos mendigos e idiotas espirituales.” E leído en algún sitio. Y eso es lo que somos, luchamos todos los días contra ese ego que siempre quiere salir a flote. Es una pelea diaria. Así que el camino no es nada fácil. Pero la búsqueda, el caminar es lo importante. ¿Debemos de saber convivir con ese ego, y permitir que nuestros hijos, o los hijos de otras familias, pasen hambre?

Que más de media Andalucía, este mendigando un empleo, que tengamos que hacer las maletas para emigrar al extranjero. Lo más difícil es empezar a caminar, pero caminar unidos. Creo que uno tiene que tocar fondo. De alguna forma ha de ser así. No me refiero sólo a un fondo físico o material. Me refiero a llegar a un punto de no retorno. Puede ser sutil, intuitivo, algo que te dice que esta vida no lo es todo, que tiene que haber “algo”. Y a partir de ahí empezar la búsqueda.

La mente te acerca al camino, y el camino esta en nuestra tierra, en nuestra Andalucía, en quitarnos el antifaz de carnaval y apoyar a otro partido político, o unos cuantos grupos políticos que solos no consiguen nada, que nos ayude a salir de la ruina, en que el PSOE y el PP nos han metido; Ruina, que entre todos por la ceguera producida por nuestro ego, porque solo miramos para otro lado. Hemos permitido.

Tenemos que quitarnos la mascara y buscar la forma de buscar una solución para que nuestro hijos tengan para comer, tener trabajo, seguridad y una buena despensa, mejorar la economía, apoyar a las pequeñas empresas Lo podemos conseguir si las ideologías políticas las aparcamos, como hemos hecho en otras ocasiones. “Por cierto con un resultado negativo, en unas ocasiones y en otras hemos acertado”. Sólo el presente, el aquí y ahora. Tenemos que vivirlo plenamente, llorarlo plenamente, reírlo plenamente, pero no hagamos nada mecánico, inconscientemente. Déjate arrastrar por la vida, confía en ella y saborea cada momento, puede que el camino más largo te lleve al mejor de los destinos.

Y deja de hacer preguntas. Métete en ellas. ¿Que le da de comer a nuestros hijos?, el ser de izquierdas. ¿Cómo voy a conseguir que Andalucía sea libre, siendo de izquierdas? ¿De que forma puedo participar para que los jóvenes tengan trabajo, siendo de izquierdas? Si bien puedo estar de acuerdo en algunas cosas de los partidos de izquierdas pero el seguir apoyando al Presidente, que tenemos, que para colmo no ha sido elegido por los andaluces. Sabiendo de sus errores y equivocaciones, sabiendo que le están dando hostias por todos los lados, no se si él se lo merece. Pero nuestros hijos no merecen pasar hambre.

Málaga 06 de Octubre del 2012

Antonio Hurtado Moya