GANARSE LA CONFIANZA DE LA SOCIEDAD

Tenemos que ser capaces de atraer las simpatías y el compromiso solidario de  la Sociedad andaluza, que prefieren actuar en política como movimiento social, antes que el encuadramiento en partidos políticos u otras organizaciones de corte clásico. La mentalidad abierta y la ausencia de dogmatismos, son necesarios no solo para entender la realidad, sino para comprender también que puede ser entendida por diversos sujetos de formas diferentes. El Centro,  establece un nuevo espacio político o un nuevo discurso que rompe con los tópicos, formulas y dogmas del lenguaje ideológico.

Establecerse en el espacio de Centro significa reconsiderar y definir todos los conceptos básicos, meta políticas, sobre las que se asienta la vida. La doctrina que así se produce se muestra cargada de un nuevo sentido que posibilita la regeneración democrática a la que toda la gente aspira. Y que hoy en día esta tan deteriorada.

 Es ahí donde debe encontrarse el consenso básico que defina el nuevo espacio político y que posibilite nuevos avances y nuevas conquistas para la vida política de Centro. Y el elemento básico de ese consenso está en la dignidad de los individuos. La apertura del pensamiento político a la realidad reclama un notorio esfuerzo de transmisión de clarificación, de matización, de información, un esfuerzo que puede calificarse de autentico ejercicio de pedagogía política.

 Desde  una fuerza política de Centro, la clave del éxito estará en la capacidad de conexión con el sentir de la sociedad y en la capacidad para dar una respuesta política a las aspiraciones de la misma sociedad; por eso puede decirse que en una sociedad equilibrada y políticamente madura quien ocupa el Centro, puede ganar un respaldo muy positivo.

Porque ocuparlo no quiere decir otra cosa que ser capaz de respetar la mayoría, pero no simplemente la mayoría, sino una mayoría constituida en la representatividad que conforman todos los sectores de la sociedad. La mentalidad abierta, la ausencia de dogmatismos, es necesaria no solo para comprender la realidad, sino para comprender también que puede ser entendida por diversos sujetos de formas diversas, y que esas diversas aproximaciones forman también parte de la realidad. “Sentido humano”:

 El proyecto político de Centro cree y confía en la capacidad del ser humano para organizar la sociedad en la que vive conjuntamente con sus allegados, con responsabilidad, y en bien de todos. Siempre situaremos al ciudadano, como ser humano, en el centro de nuestra acción y nuestras propuestas. “Equilibrio” El Centro es un proyecto político que es equilibrado ya que contempla al conjunto de la sociedad, de modo que su política debe intentar dar una respuesta individualizada a las aspiraciones, necesidades y responsabilidades de cada uno de los ciudadanos, contemplando al mismo tiempo los intereses de todos los sectores sociales, sin exclusión, y sin privilegiar a un sector de la sociedad en particular.

 Las políticas de Centro son políticas de resultados. Este sentido práctico obliga a orientarse a la realidad, y constituye una ayuda para la superación de los prejuicios ideológicos. Cuando el sentido práctico se desvincula del proyecto, de los objetivos políticos de largo alcance, se cae en el pragmatismo y en la tecnocracia. En ese caso el reformismo perdería su sentido autentico.

 La eficiencia significa buscar resultados efectivos, con el mínimo costo y significa también rigor en el discurso. Las prestaciones del Estado nunca pueden tener la consideración de dadivas mecánicas, más bien el Estado debe propiciar con sus prestaciones el desarrollo, la manifestación, el afloramiento de las energías y capacidades que se ven escondidas en esos amplios sectores Sociales.

 La política de Centro se configura también de encuentro entre la actuación política y las aspiraciones de la gente. Los regímenes democráticos son régimen de opinión. Los valores de transparencia, pluralidad e independencia informativa son componentes estructurales de una autentica política de centro. La madurez democrática de una sociedad, pasa necesariamente por la riqueza y pluralidad informativa.

Necesitamos una fuerza de Centro  que  las ideas como los instrumentos para una mejor comprensión de nuestra propia realidad. Sean claros, sinceros y demostrándolo con hechos y no con promesa que acaban siendo incumplidas. Lo primero para que la sociedad se convenza que se trabaja por España, por Andalucia, es modificar la Constitución y suprimir los artículos que permiten tener 17 autogobiernos que han sido el fracaso más grande que se aprobó en la transición.

Después de este gesto político, valiente por las consecuencias que pueda traer, dado a los interese creados, seguro que la sociedad respondería con un apoyo mayoritario a esa fuerza de Centro que lo consiguiera.
Málaga 17 de febrero del 2014