LA SITUACIÓN POLÍTICA


 Las elecciones del 25 de mayo del presente año. Van a proporcionar a, Cs y VOX, un importante progreso político y un evidente triunfo moral. El progreso político se ha traducido en el voto de muchos millones de electores, que nos permiten una mayor representación parlamentaria y, por tanto, una mayor presencia política. El triunfo moral nos confirma que el camino emprendido, es el camino adecuado. Nosotros si estamos en el buen camino.

Si nuestro progreso político tiene la clara explicación de que nuestros ideales, nuestro  programa y nuestra actitud han suscitado la confianza de un sector importante del electorado, el triunfo moral de que hablamos necesita de una breve reflexión.

En las elecciones de 1982, el PSOE represento para una gran mayoría de nuestro pueblo, no solo una posición política, sino, ante todo, una actitud moral y un modelo social. Esa actitud moral y ese modelo social se concretaba en las promesas de  y modernidad> que conectaron con amplios sectores del pueblo español y proporcionaron al Partido Socialista no solo una rotunda victoria electoral, sino, ante todo, un triunfo social y ético.

Como suele  ocurrir, las urnas traducen la realidad. No es que los socialistas, en el 1982, alcanzaran una importante vigencia social y política porque ganaron las elecciones, es que ganaron las elecciones porque ya tenían esa vigencia social. La autodestrucción de UCD y el escaso arraigo popular de la derecha crearon una situación excepcional, en la que el PSOE aparecía como un partido solidó, coherente y unido, que tenía un mensaje actual. Cs y VOX, acababan de nacer, y su comparecencia en las elecciones empiezan a tener peso.

Después del 28 de Octubre del 1982, los socialistas no eran solo los ganadores legítimos de las elecciones generales. Eran también  ---y sobre todo---quienes ofrecían el modelo de sociedad más libre y más justa. Esta última condición, que, en mi opinión, es la más importante, es, precisamente, la que han ido  perdiendo  a lo largo de los últimos treinta y cinco años de su   Legislatura.

Porque el PSOE, como el PP, una vez conseguido legítimamente el Gobierno de la nación, se manifestó como una enorme y eficaz maquinaria de poder que no solo pretendía dirigir las Administraciones Publicas ---a lo que tenía perfecto derecho---, sino controlar la sociedad española, convirtiéndola en clientela del partido. En Andalucía y muchas zonas de España han conseguido aborregar a la sociedad, confundiéndola de camino.

Esta actitud  podía encerrar, en sí misma. Gérmenes de  inestabilidad para la vida democrática, pero aun hubiera tenido una explicación lógica si el  Partido  Popular hubiera permanecido fiel al mensaje de  y que predicaba, y hubiera resuelto los problemas más graves de la vida española con el rigor y la prontitud que prometía.

Pero esto no ocurrió, el PP, desde el poder político, perdió una de las ocasiones más importantes de nuestra Historia contemporánea para transformar a España. El Partido Popular ha ido abandonando paulatinamente sus promesas iniciales, y en lugar de ofrecer y exigir practico pragmatismo oportunista  y pidió .  No se trata de desconocer los aciertos políticos que el PP ha logrado durante los dos años de su segundo mandato.
El PSOE, como el PP, en el ejercicio del poder político, han envejecido siglos en años, han pasado de ser una posición política y social avanzada a ser el puntal del , recortado en sus alientos, respetuoso con las injusticias del nacional e internacional y sin ánimos para renovar el país, sino solo para ir tirando. El PSOE y el PP, se han  hecho opaco y han perdido el entusiasmo y la capacidad de entusiasmar.

La maquinaria de poder que es el PSOE, y el PP,  tiende a estabilizarse en el poder político, sin otras intenciones que las de permanecer. Cada vez suscita menos ilusiones. Sin duda pueden gobernar si la sociedad no despierta y los sigue votando a pesar de tan continuos fracasos, pero lo que no creo que pueda es transformar a España. Ante los problemas reales con que el Gobierno debe enfrentarse, genera conformismo, resignación, tristeza y, en definitiva, temor por la existencia de un importante poder y el uso o abuso que de él se hace.

 La crítica a la actuación del Gobierno del PP y de los socialistas ha constituido parte importante de la campaña electoral. Junto a las propuestas de soluciones concretas para la vida española que el programa  de Cs y de VOX, recoge,  es necesario subrayar la situación política en que nos encontramos. En la política española y en las Administraciones Publicas se han instalado  actitudes de prepotencia e intolerancia que no contribuyen precisamente a la consolidación de la democracia.

Esta extraña situación ha sido acompañada, paradójicamente, de una exquisita atención por parte del Gobierno para conservar a la oposición manejable de izquierdas, que ---como se ha demostrado---  hasta hoy ha sido incapaz de convertirse en alternativa al Gobierno, tan solo han jugado al compadreo, tres para ti y dos para mí. Los españoles nos hemos sentido menos libres que hace muchos años. El Partido Popular como los Socialistas han ido incrementando su influencia en sectores sociales, económicos y culturales de la vida española con los que era necesario dialogar y no dominar, a los que es preciso, sin duda, reformar, pero desde el acuerdo común, buscando el protagonismo del propio sector, no con imposiciones desde el poder. Esto ha producido, en ocasiones, una fuerte sensación de ahogo estrangulamiento social.

El compromiso  ético prometido por el PP se ha convertido en puro pragmatismo oportunista. Para defender su política, el Gobierno ha amenazado con actitudes políticas que ya creíamos superadas; el triunfalismo, el aseguramiento de la lealtad por el agradecimiento o el temor, la política  en función de la imagen televisiva, la reducción de la realidad, siempre compleja, a  falsos dilemas simplificadores. Todo esto, que en la campaña electoral Cs y VOX están repitiendo hasta la saciedad, sigue siendo verdad, a pesar de la mayoría absoluta obtenida por el PP, la Sociedad esta asfixiada, engañada y privada de libertad.

 El problema fundamental que plantea la presencia  del PP de PSOE e IU en el poder político del Estado y en el  Gobierno de la mayoría de las Comunidades Autonómicas y municipios españoles es que en su modo de gobernar no se contentan con el esquema Gobierno-oposición, que constituye la medula de la democracia, sino que van más allá y dividen al país entero no en amigos y enemigos, pero si en partidarios e indiferentes, cuando no desafectos. La clasificación de los ciudadanos, los grupos sociales y las instituciones en razón de su afecto y proximidad al partido gobernante tiñe todas las manifestaciones de la vida nacional, hasta en sus rincones más íntimos. No solo el electorado se divide en socialistas  o de derechas, lo que ya es una terrible simplificación escasamente democrática, sino que hay empresarios afectos, y empresarios desafectos, escritores partidarios y escritores no partidarios, artistas disciplinados y artistas que no se someten a los criterios oficiales.

Una vez dado este paso, lo demás viene por añadidura. De clasificar a los españoles en dos bandos a pesar que unos son  los amigos y los  y los otros son los , solo hay un paso. Naturalmente, quienes merecen el elogio, la ayuda y el apoyo son los < amigos >.       España  es un país que carece de suficiente vertebración social. Todas las actividades sociales, económicas y culturales de nuestro país solicitan y pretenden el apoyo del Estado, porque en numerosas ocasiones no pueden subsistir por sí mismas. De ahí la enorme importancia que  en España, tiene la política de ayuda, de subvenciones, de un trato fiscal más favorable.         Si esta política, se aplica desde el esquema simplista, que reduce al país a < amigos> e , las consecuencias son claras.

Porque nadie tiene, en principio, vocación de héroe o de mártir. Todos acaban haciéndose amigos del amigo. Con ello se corre el riesgo de convertir la política española en una especie de solapada o en circo romano. Nuestro país necesita trabajadores, empresarios y profesionales independientes; necesitamos ciudadanos conscientes de su propia dignidad. Solo con ellos se puede profundizar la democracia. La política del < amigo> frente al indiferente no es precisamente < el buen camino > para conseguir lo que necesitamos. La  hegemonía política, el dirigismo social, la instalación en el poder sin fines ulteriores claros y el riesgo de la división simplista de la realidad de España han hecho del PSOE, y del PP, que comiencen a perder el prestigio social y político con que empezaron a comparecer en las elecciones.

La campaña electoral de Cs y de VOX, ha sido el revulsivo que necesitaba la sociedad española para tomar conciencia de los riesgos que afectan a su convivencia y reaccionar adecuadamente. Por eso ha sido necesario desplegar actitudes críticas profundas que, por otro lado, no se habían planteado en el parlamento a lo largo de toda la Legislatura. Esto es lo que Cs y VOX, ha hecho. Algunos han calificado nuestras actitudes como extremosas. Lo paradójico es que quienes así las calificaron se las han apropiado y ahora las expresan como suyas. Frente a quienes pensaban en una campaña tranquila para consolidar el político, lo que ha habido --- gracias  a nosotros---- ha sido una campaña  critica, mostrando la realidad que vive la sociedad española y no la que los medios de comunicación nos quieren hacer creer que vivimos

El mapa político español no estaba consolidado, ni lo está aún. Circunstancias excepcionales han producido resultados también excepcionales. Gracias a nuestra actitud crítica durante la campaña, en grupos sociales, en instituciones y entre los propios ciudadanos se ha empezado a perder el temor a un poder que algunos veían incontestable y a una maquinaria que semejaba  imparable. Se ha recobrado, en muchos casos, el sentido de la libertad y de la defensa de los propios derechos. Han vuelto la conciencia de que la democracia es ante todo tolerancia, respeto, pluralismo y libertad, y que el valor más importante que hay que  defender es la convivencia de todos los pueblos y de todos los ciudadanos de España en el ejercicio pleno de los derechos de cada uno.

Creo sinceramente que Cs y VOX, ha ido adquiriendo en estos meses de esfuerzo y en la campaña electoral, la vigencia social y el prestigio de futuro que hace que el electorado vea en él un Partido político joven, en continuo crecimiento, decidido a afrontar los problemas que afectan a los españoles y capaz de impulsar a España por el camino de la modernidad y a que esta asuma, en Europa y en el mundo, el papel que le corresponde.    El 25 de mayo en  los acontecimientos que se celebran para las europeas  nos van han colocar como alternativa política al Gobierno. Y como alternativa a corto plazo. Para las elecciones municipales y  para las próximas elecciones generales. Esa es nuestra verdadera situación.

Cs y VOX, continúa su lucha por extender, arraigar y profundizar la credibilidad política y la vigencia ya conseguida. Nosotros no pretendemos ocultar nada ni disfrazar nada. Nosotros creemos que el pueblo español tiene derecho  a conocer claramente  las opciones políticas que ante él  se presentan y lo que puede esperar de ellas. Tiene derecho a saber quiénes son los que pretenden gobernar, como van a gobernar y que es lo que intentan conseguir. Y eso no se consigue solo durante las campañas electorales; eso se consigue con el actuar diario en defensa de los ideales, los valores y las soluciones concretas que postulamos.

Eso es lo que nosotros vamos hacer. Desde la calle al Parlamento vamos a defender lo que creemos  ante cada medida del Gobierno, ante cada situación de indefensión, marginación o injusticia, ante cada retroceso en el régimen de libertades o en la situación de seguridad en que todos los ciudadanos y todos los pueblos de España tienen derecho a desarrollar su existencia personal y política. Por encima de nuestra comparecencia en las próximas elecciones, para las que ya nos estamos preparando, colocamos nuestro trabajo para ensanchar las libertades, para aumentar la seguridad y el bienestar, para desarraigar las injusticias que aún perduran. Esas son nuestras ambiciones y ese será nuestro esfuerzo.
Málaga 12 de Mayo del 2014
Antonio Hurtado Moya