Las ballenas vagan por el océano, los pájaros vuelan
ligeros por encima de nuestras cabezas y, un gorila de 200 kilos se sienta
donde le da la gana, pero ninguna de estas criaturas es libre en el sentido en
que pueden serlo los seres humanos. La libertad humana no es una ilusión; es un
fenómeno objetivo, distinto de todas las demás condiciones biológicas y que
sólo se encuentra en una especie, la nuestra.
Las diferencias entre los humanos son visibles, no
sólo desde una perspectiva antropocéntrica, sino también desde los más
objetivos de los puntos de vista alcanzables. La libertad humana es real -tan
real como el lenguaje, de modo que puede ser estudiada desde un punto de vista
serio.
La libertad humana es más joven que la especie. Sus
caracteres principales tienen únicamente unos miles de años de antigüedad -un
parpadeo dentro de la historia evolutiva-, pero en ese tiempo tan breve ha
transformado el planeta de una forma tan palpable como pudieran hacerlo grandes
transiciones biológicas.
La libertad
es real hoy en algunas partes afortunadas del planeta, y aquellos que la aman
tienen razón de hacerlo, pero está lejos de ser inevitable, y lejos de ser
universal. Si llegamos a comprender mejor su origen, tal vez podamos orientar
mejor nuestros esfuerzos para preservarla de cara al futuro, y protegerla de
sus muchos enemigos naturales.
El resultado es que la tradición acostumbra a tener
carta blanca, o casi. A manera de estrategia práctica, la mayoría de la gente
parece inclinarse a pensar que las doctrinas suscritas por la tradición
deberían pasar sin examen alguno, en la medida de lo posible, y cuestionarlas
es ciertamente como tocar un avispero.
Y así es como sobrevive el pensamiento tradicional,
en gran medida in cuestionado, y con los años no hace más que acumular nuevas
capas de invulnerabilidad injustificada.
Podemos y debemos sustituir esas tradiciones por unos fundamentos más naturalistas. Da miedo abandonar unos preceptos tan venerables como el imaginario conflicto entre la libertad, y la falsa seguridad que da pensar que la cadena termina en un Yo.
Podemos y debemos sustituir esas tradiciones por unos fundamentos más naturalistas. Da miedo abandonar unos preceptos tan venerables como el imaginario conflicto entre la libertad, y la falsa seguridad que da pensar que la cadena termina en un Yo.
Si aceptamos la “extraña inversión del razonamiento”
podemos reconstruir los mejores y más profundos pensamientos humanos sobre
moral, sentido, ética y libertad. Lejos de ser enemiga de dichos conceptos
tradicionales, la perspectiva evolutiva es un aliado indispensable de los
mismos.
No pretendo
reemplazar el abundante trabajo realizado hasta el momento en el campo de la
ética por una alternativa sino más bien asentar dicho trabajo sobre los
cimientos que merece: una visión realista, naturalista, potencialmente
unificada del lugar que ocupamos en la naturaleza.
Reconocer nuestro carácter
único como animales reflexivos y capaces de comunicarse no requiere ningún
“excepcionalismo” humano que levante un puño desafiante intuición procedente de
un sistema de pensamiento magníficamente articulado y empíricamente contrastado.
Podemos comprender por qué nuestra libertad es mayor
que la de las demás criaturas, y en qué medida esta superior capacidad trae
consigo implicaciones morales. Estamos en una posición privilegiada para decidir lo que haremos a
continuación, porque disponemos del más amplio conocimiento posible y, por lo
tanto, de la mejor perspectiva sobre el futuro. Lo que el futuro depara a
nuestro partido Cs; depende de todos
nosotros, de nuestra reflexión conjunta
Los Andaluces tenemos la oportunidad de ejercer libremente si queremos
estar sometido a una fuerza política que
durante más de treinta y cinco años nos ha tenido sometido a aceptar una forma
de vida, no deseada, a una privación de libertad y a un continuo saqueo, de
nuestra moral, nuestra dignidad y nuestros cortos ingreso. Si recuperamos
nuestra libertad y apoyamos a una fuerza política como Ciudadanos, habremos vencido,
habremos ganado la libertad y la dignidad que hemos perdido. Cs, nos dará la
dosis de libertad que esta sociedad está necesitando.
Málaga 14 de marzo del 2015
Antonio Hurtado Moya.