Querido lector, hagámonos la siguiente composición de lugar y tiempo: Un Partido llamado “Centro Democrático y Social”. Una vez reanimado y recuperado de las manos de sus “negociadores”, conocido, los resultados electorales del 20N, serán grandiosos, los comentarios de los Presidentes fundadores de Partidos de Centro, que con mucho ruido y pocas nueces, haciendo todo lo posible por dividirnos, estarán celebrando el éxito que han obtenido en las generales. Y están preparando un proyecto político para exponer a los andaluces en fechas próximas una propuesta política. Que nos permitirá soñar en un futuro mejor.
He tenido el honor de llamarles para felicitarles. Por cierto sin éxito. Su éxito merece todo mi respeto, han inspirado la confianza de muchos Andaluces, y Españoles, estoy convencido de que en Andalucía ofrecerán oportunidades para todos los que perseveran y los andaluces así lo esperamos y también lo creemos conseguiremos mucho, con el proyecto político de Centro que hemos conseguido después de unas duras negociaciones… les brindo toda mi ayuda ante los grandes retos que tenemos por delante. Insto a todos los Andaluces y Andaluzas que nos han apoyado a que el proyecto del Centro Político por Andalucía sea una realidad. Estamos dispuestos a exponer nuestra buena voluntad y nuestro compromiso para conseguir la prosperidad, y que nuestros hijos y nietos se encuentren un país mejor que el que nosotros heredamos. Independientemente de nuestras diferencias somos españoles, y créanme si les digo que esto es lo más importante. Al conocer el mensaje he sentido cierta envidia, o más bien una admiración profunda por el pueblo Andaluz.
Y una emoción muy grande por haber nacido en esta bella tierra Andalucía. Asumo, en consecuencia, que el proyecto político del Centro por Andalucía, apoyado desde Madrid por muchísimos amigos y compañeros y desde las ocho provincias andaluzas y sus maravillosos pueblos es sincero, y reflejan una cultura política capaz de combinar el entusiasmo por las propias preferencias partidistas con un inmenso sentimiento de lealtad a la patria y de unidad Andaluza. Como cualquier otro pueblo, el Andaluz tendrá sus defectos pero da la impresión de que el resentimiento no está entre ellos. A mi modo de ver, ello contrasta con las sensaciones frecuentemente provocadas por el seguimiento de la vida política española, tan lastrada de rencores, unos viejos (y que algunos se afanan en resucitar a cada momento) o incluso arcaicos (nacionalismos y regionalismos varios) y hasta violentos (ETA); otros recientes, del día a día: ideológicos y partidistas o internos a los mismos partidos políticos.
¿Para cuándo una cultura política Andaluza, basada en la lealtad y el interés por lo común? ¿Es ingenuo este deseo? A muchos se lo parecerá. Se podría pensar que los intereses de los partidos, Políticos, y las pasiones que estos despiertan en buena parte de la población española y el comportamiento de unos u otros líderes hacen imposible una vida política sin rencor. Me temo que soy lo bastante escéptico como para respaldar esta opinión si se trata de juzgar el momento presente. La cuestión es si resulta demasiado inocente o sencillamente absurdo pretender un cambio a ese respecto.
El “Centro Democrático y Social” está dispuesto a darlo todo porque cree que es posible ese cambio. ¿Acaso es imposible gobernar y perseguir la continuidad en el poder sin insultar ni difamar a la oposición por sistema y sin interrupción, sin buscar su aislamiento, en asuntos de máxima necesidad y riesgo? ¿Es que resulta imposible ejercer una oposición tenaz sin extraviar el sentido de Estado, sin dejarse dominar por el resentimiento derivado de las propias derrotas políticas? Por supuesto, nuestra clase política no querrá reconocer esos vicios de otra forma que no pase por atribuirlos en exclusiva al adversario. Pero la incapacidad para dominar los propios resentimientos y la tentación de agitar rencores para preservar el poder o para arrebatarlo al adversario. (Como hace el PSOE), son problemas reincidentes que enturbian la vida política española una y otra vez. Los ejemplos están a la vista: una izquierda que a estas alturas de la historia continua haciendo de la estigmatización (del PP y de los ciudadanos que simpatizan con ese partido) su principal estrategia política (tanto en la oposición como en el poder el discurso siempre se repite: la derecha es extrema derecha y siempre tiene la culpa; ¿de qué?... de todo);
Y, lo peor de todo, un enjambre de facciones y partidos nacionalistas que sólo pueden vivir (y lo saben) mientras sigan alentado la envidia o incluso el odio a España y sus instituciones. En suma, políticas fundadas en el rencor o atravesadas por el resentimiento. ¿Exagero? Seguramente. En el Centro Político por Andalucía, luchamos por olvidar el pasado y luchar por un futuro donde se destaque la libertad, el respeto y la convivencia armoniosa entre todos los partidos. En las Municipales, como en las autonómicas y en las Generales, el pueblo, los ciudadanos le han concedido al PP, la oportunidad de gobernar por mayoría, nosotros compartimos, democráticamente esa decisión, pero nuestra meta es luchar con las manos limpias. Para conseguir un futuro para Andalucía y para toda España. Y conseguir un Grupo de Centro Político Andaluz, para velar, por nuestras costumbres, y nuestras gentes. Por eso os pido vuestro apoyo consiguiendo que os afiliéis a nuestro partido. Y sobre todo que consigamos estar unidos y no divididos, que como hemos visto los resultados son catastróficos.
Málaga 21 de Noviembre del 2011
Antonio Hurtado Moya